Manatíes
Una de las criaturas de vida acuática más singulares que existen es el manatí, también conocido en algunas zonas con el nombre vaca de mar, debido a su gran parecido con este animal terrestre. Los manatíes son animales de vida solitaria, solo se les ve acompañados cuando están apareándose o en el caso de las hembras cuando cuidan a sus crías. Son animales herbívoros, razón por la cual no constituyen una preocupación para cualquier otra criatura en el agua, sin embargo ellos sí tienen varios enemigos naturales como el cocodrilo, el caimán, el tiburón y la ballena, dependiendo del lugar donde habite el manatí. Aquellos que son jóvenes y débiles son más vulnerables ante el acecho de tales depredadores.
El manatí es un mamifero marino de cuerpo grande y de forma alargada; de color gris pardusco, prácticamente no tiene pelo excepto por unas cuantas cerdas que le cubren el hocico y por finos pelos dispersos en el dorso. El cuerpo del manatí tiene forma de grueso torpedo; la cola es una paleta redondeada que le sirve para impulsarse; y las aletas anteriores las usa como timón. La cabeza es de forma piramidal, no existe el cuello por lo que se une directamente al tronco. Ésta es relativamente pequeña en comparación con el cuerpo y en la boca tiene labios móviles que le sirven para arrancar las plantas que constituyen su alimento. Estos mamíferos miden en estado adulto alrededor de tres metros; la máxima longitud registrada es de 4.6 m. Su peso es de entre 500 y 600 Kg. El manatí era desconocido para Europa antes de 1492, por lo que las primeras expediciones que vinieron a América los veían como personajes místicos que amamantaban a sus crías en el mar.